La huella de carbono es un término muy popular utilizado ampliamente en los gobiernos, las empresas y los medios de comunicación para describir la cantidad total de gases de efecto invernadero (GEI) asociados a las actividades de una organización, entidad, evento, producto/servicio o persona individual.
Los GEI son gases que retienen energía en la atmósfera, estos gases agravan el cambio climático. Los principales GEI son el dióxido de carbono (CO₂), el óxido nitroso (N2O) y el metano (CH4).
La medición de la huella de carbono en las organizaciones es un paso importante para entender y gestionar el impacto ambiental. Aquí hay algunos factores clave a considerar al medir la huella de carbono de una organización:
1. Alcance de las Emisiones:
Las emisiones de carbono se dividen comúnmente en tres alcances (o categorías):
· Alcance 1: Emisiones directas de fuentes propiedad o controladas por la organización (por ejemplo, emisiones de combustión interna).
· Alcance 2: Emisiones indirectas asociadas con la generación de electricidad, calefacción o refrigeración comprada y consumida por la organización.
· Alcance 3: Emisiones indirectas a lo largo de la cadena de suministro de la organización, incluyendo la producción y transporte de bienes y servicios consumidos.
2. Inventario de Gases de Efecto Invernadero (GEI):
Identificar y cuantificar las emisiones de los gases de efecto invernadero, como dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxidos de nitrógeno (NOx).
3. Fuentes de Emisión:
Analizar las fuentes específicas de emisiones dentro de cada alcance, como el consumo de energía, el transporte, la producción, etc.
4. Consumo de Energía:
Evaluar el consumo de energía de la organización y la proporción de energía renovable utilizada.
5. Transporte:
Considerar las emisiones asociadas con el transporte de bienes y personas, incluyendo vehículos de la empresa y la cadena de suministro.
6. Gestión de Residuos:
Evaluar las emisiones asociadas con la gestión de residuos, incluyendo la producción y descomposición de residuos.
7. Cadena de Suministro:
Evaluar las emisiones de la cadena de suministro, incluyendo la producción, transporte y distribución de bienes y servicios.
8. Uso de Recursos Naturales:
Evaluar el uso de recursos naturales, como agua y materiales, y las emisiones asociadas con su extracción y procesamiento.
9. Indicadores de Desempeño:
Establecer indicadores clave de desempeño (KPIs) para evaluar el progreso y la eficacia de las iniciativas de reducción de emisiones.
10. Certificaciones y estándares
Considerar la adopción de certificaciones y estándares reconocidos internacionalmente para garantizar la consistencia y comparabilidad de los informes de huella de carbono.
11. Compensación de Emisiones:
Evaluar la posibilidad de compensar las emisiones no evitables a través de proyectos de compensación de carbono.
12. Informe y Comunicación:
Desarrollar informes transparentes y comunicaciones efectivas sobre la huella de carbono para partes interesadas internas y externas.
13. Involucramiento
El involucramiento de todo el personal es esencial. Se puede fomentar la participación mediante:
· Concientización: Educación sobre la importancia de reducir la huella de carbono.
· Capacitación: Proporcionar formación sobre prácticas sostenibles en el trabajo diario.
· Incentivos: Ofrecer incentivos para la implementación de prácticas más ecológicas.
· Retroalimentación: Solicitar ideas y comentarios del personal para mejorar las iniciativas de sostenibilidad.
· Celebración de Logros: Reconocer y celebrar los éxitos y esfuerzos individuales y colectivos.
El compromiso activo de todo el personal no solo contribuye a la reducción de la huella de carbono, sino que también fortalece la cultura sostenible de la organización.
La medición y gestión de la huella de carbono son procesos continuos que pueden ayudar a las organizaciones a identificar oportunidades para mejorar la eficiencia, reducir su impacto ambiental y fortalecer relaciones entre personal, empresas y proveedores.
Autor: Nicole Fernández La Rosa