La búsqueda de ahorro en los costos estructurales durante el desarrollo de las plantas puede llevar a consecuencias a largo plazo. La corrosión del suelo es uno de los problemas más subestimados en las plantas fotovoltaicas, pero sus consecuencias pueden ser devastadoras para la infraestructura y las finanzas de un proyecto. Afecta bases, soportes y cableado, comprometiendo la eficiencia, la operación y, en última instancia, la rentabilidad de la plan
Impactos de la corrosión en tu infraestructura:
- Bases: Se deforman, pierden estabilidad y desalinean los paneles solares.
- Cableado: El daño al aislamiento genera cortocircuitos, aumentando las pérdidas energéticas.
- Soportes: Tornillos y fijaciones corroídos reducen la firmeza estructural, afectando la captación solar.
Consecuencias en la eficiencia y operación:
- Los paneles desajustados captan menos radiación solar.
- Se disparan los costos de mantenimiento debido a daños recurrentes.
- La vida útil de la planta se reduce significativamente.
¿Cómo prevenir este problema?
- Materiales Anticorrosivos: Optar por acero galvanizado o inoxidable.
- Recubrimientos Protectores: Aplicar pinturas epoxi y protección catódica.
- Buenas Prácticas: Analizar las características del suelo y elevar las bases para minimizar el contacto directo.
- Monitoreo Regular: Revisar constantemente las bases, conexiones y recubrimientos, e implementar sensores de humedad para detectar problemas tempranamente.
La prevención es la clave para el éxito:
La corrosión es un desafío inevitable, pero abordarlo de manera proactiva puede marcar la diferencia. Adoptar estrategias preventivas no solo prolongará la vida útil de tu planta solar, sino que también optimizará su rendimiento, asegurando una operación eficiente y sostenible.
La corrosión del acero debido a las condiciones del suelo es un problema que afecta directamente la durabilidad y eficiencia de las plantas fotovoltaicas. Aunque puede parecer que este fenómeno se presenta solo en suelos altamente agresivos, la realidad es que incluso en terrenos considerados seguros se han registrado problemas serios de corrosión en plantas con pocos años de operación.
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